Un texto puede vender millones de dólares.
Sep 07, 2024También puede quitarte el sueño. O las 2 cosas a la vez.
Sí, un texto. Ni siquiera tan bueno. Ni tan largo. Es más, sin llegar a un párrafo.
Prácticamente una frase sin terminar.
Y vendió millones de dólares. Me consta. Yo lo escribí.
A veces se nos olvida el poder de la palabra escrita.
Pero antes de contarte este caso, te voy a contar lo mal que la pasé mientras vendía camisas tipo polo en el Centro de la Ciudad de México.
Estaba pasando una época difícil, como todos las hemos vivido.
Recién había perdido a mi padre y junto con él la poca o mucha estabilidad económica que tenía mi familia.
Tenía yo escasos 20 años y un vecino con un gran corazón me ofreció trabajo, vendiendo playeras tipo polo en el centro de la ciudad de México.
Ya sé que ya dije lo de la Ciudad de México, pero quería estar seguro de que me estabas prestando atención.
La idea era muy simple. Yo tenía que llevar una muestra de estas playeras a diferentes tiendas de cierto “territorio” al que mi querido vecino no tenía acceso.
No sé si tú lo sabías, yo no, pero muy al estilo narcos, los fabricantes de ropa se dividen territorios para vender su producto. Y en este caso yo le estaba sirviendo de “mula” para comercializar las dichosas polos en más establecimientos.
Con solo lograr un pedido, iba a ganar lo que me podrían pagar por 2 o 3 meses de sueldo en cualquier otro lugar con mis capacidades de aquella época.
Siempre me he considerado un gran vendedor. Desde muy pequeño. Por lo que la oferta de mi vecino no solo era generosa, sino muy atractiva para alguien que además necesitaba ganar urgentemente dinero para comer.
El producto era bueno. El problema no era ese. El tema es que ya había mucho de ese mismo producto, prácticamente igual e incluso más barato.
No había nada que lo hiciera realmente diferente. Ya no digamos mejor. Y la gente no estaba ni estará nunca peleada con su dinero.
Sobra decir que no coloqué un solo pedido. Perdí tiempo, me cansé, me frustré, pero aprendí algo que me ha acompañado toda la vida: si quieres vender, tienes que ser diferente.
Pareciera muy obvio, pero lo más fácil es hacer lo que los demás hacen y darlo un poco más barato. El problema está en que siempre habrá alguien que te copie a ti y lo dé aún más barato. Esa batalla está perdida. Siempre lo ha estado.
Si no logras diferenciarte de los demás, estás en el camino al fracaso.
Pero al mismo tiempo, sabiendo que todos hacen lo mismo, es sumamente fácil hacerlo tú diferente y entonces destacar.
Muchas veces esa diferencia la puedes marcar con palabras.
Sí, solo con palabras.
No se trata de descubrir la cura del cáncer o desarrollar una app para evitar la caída del pelo.
Se trata de conocer a tu cliente y hablarle como nunca nadie lo había hecho.
Eso, es diferente.
Y muy efectivo.
La marca más grande e importante de café soluble en el mundo llevaba 7 años de “sequía” en México.
Pese a que es la marca número 1, no había logrado crecer en su categoría aún haciendo promociones, regalando cosas, sorteando viajes, solo les faltaba llevarte el frasco a tu casa y darte un beso apasionado en la puerta, para dejar de perder terreno frente a las otras marcas que habían logrado ofrecer “lo mismo pero más barato”.
Imagínate si eso le pasa a una empresa de ese tamaño, que nos queda a nosotros mortales con nuestros proyectos.
Pues bien, todo se resolvió con un texto. Cortito. Pero bien dirigido. Y sobre todo, bien pensado.
Nos dimos a la tarea de averiguar cuáles eran los 300 propósitos más comunes del mexicano. Los pusimos escritos en primera persona sobre las etiquetas de cada frasco. Y Voilá! crecimiento de doble dígito ese año.
“Ver más a mis abuelos”, “Empezar a ahorrar para el anillo”, “Leer un libro al mes”, eran el tipo de frases que conectaron con Doña Adriana que estaba aburrida de encontrarse siempre lo mismo en el súper y que su marca de café tenía la autoridad de hacer algo así, dado que su momento está al inicio del día, cuando todo empieza.
Fue así como un texto vendió millones de dólares y le quitó el sueño a Adriana y a millones de mexicanos.
ESCRIBIENDO ES QUE VENDE LA GENTE. El MANUAL que diseñé para que aprendas a escribir como ya sabes pero no sabes que lo sabes. Para que transmitas lo que se necesita para conectar, convencer y vender.
Desde una playera tipo Polo en el centro de la Ciudad de México hasta un frasco de café soluble.
Por solo 150 dolaritos podrás hacerte justicia. A ti, a tu proyecto, a tu producto, a tu empresa.
Si eres o tienes algo valioso para los demás, pero te pierdes en la inmensidad del abismo de los clones, lo único que necesitas es aprender a decirlo con palabras.
Es mucho más barato, efectivo y eficiente que seguir poniendo anuncios o contratando vendedores que todavía no aprenden estas obviedades.
Y hoy es particularmente barato. En 17 días subirá de precio.
Ojalá todo esto lo hubiera sabido yo cuando quería vender playeras tipo Polo en el centro de la Ciudad de México.
Pero todavía no despertaba lo suficiente.