Haz brillar tu reputación con 5 hábitos sencillos

Estoy seguro de que eres buenísima o buenísimo en eso que haces. Pero, ¿Lo saben allá afuera? ¿Has trabajado en tu Marca Personal? ¿Cuidas tu Reputación Digital?

Te guste o no, eres un producto, posees características que te hacen inigualable, la gente consume tanto lo que dices como lo que haces y ser consciente de esto, es tu primer paso para ganar prestigio.

Nuestra reputación no tiene nada que ver con ser buenos o malos, depende de ser consistentes y congruentes en el tiempo.

Es verdad que a muy poca gente le importa realmente lo que hagas, sin embargo, viene bien empoderarte de tu imagen pública sobre todo en esta época tan mediática donde lo que se forja con años de esfuerzo, se puede destruir en cuestión de minutos.

Ahora, que una reputación sea intachable no significa que no sea volátil. Bien lo señalaba Nicolás Maquiavelo: “Pocos ven lo que somos, pero todos ven lo que aparentamos”.

No es raro entonces que muchos corporativos estén usando las redes sociales para evaluar a quienes pretenden contratar; más allá de tu trayectoria o tu currículo, validarán tus acciones a futuro por medio de tu comportamiento, tu lenguaje y tus interacciones.

Me ha tocado presenciar varios casos en que la decisión de incorporar a alguien fue tomada más por su comunidad de seguidores que por la calidad de su trabajo o el potencial de su talento. 

Descubrir esta realidad es lo que me motiva a darte algunas recomendaciones para cuidar tu Reputación Digital:

1. Cuida tus estándares:
   Estamos muy saturados de información chatarra. Lo que nos toca entonces, es volvernos mucho más exigentes a la hora de elegir los contenidos que consumimos pero también al momento de crear y compartir mensajes.
2. Cuida los detalles: La falta de tacto, el exceso de confianza y la carencia de empatía pueden convertirse en un caldo de cultivo para reacciones negativas que eventualmente te llevarán a hacerte viral por las razones menos afortunadas.
3. Cuida tu atención: Intenta escuchar más en cada conversación, porque entre más entiendas a tu interlocutor, mejores serán tus respuestas. Y por si fuera poco, el hecho de que el otro se sienta realmente escuchado, dará lugar a un vínculo valioso y fértil.
4. Cuida tus palabras: La mayoría usamos un lenguaje repetitivo, básico y pobre que nos limita de muchas formas. Y ¿qué puedes hacer al respecto? Lo mismo que harías para aprender otro idioma, lee, practica, explora, escribe y trata de expandir tu vocabulario.
5. Cuida tu naturalidad:  Los seres humanos hacemos lo posible por encajar y eso casi siempre se traduce en volvernos fáciles de olvidar. Así que cada tanto despéinate y salte de lo convencional. Al fin y al cabo, siempre será mejor que te critiquen a que te ignoren. 

Sí, el mundo seguirá evolucionando, pero lo que nunca cambiará es el valor que tiene una buena reputación para conseguir grandes cosas. 

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