Keep calm y abraza la oscuridad
Apr 17, 2023Paradójicamente, por más que a nadie le guste pasarla mal, brillamos más y mejor justo cuando enfrentamos grandes dificultades.
Al menos así ha sido mi caso, los momentos más oscuros de mi vida, me han dejado mucha luz. Con el primero descubrí mi pasión y gracias al segundo, tuve la oportunidad de encontrar al amor.
Mi “primera oscuridad”, la cual me dejó con muchos puntos suspensivos, fue la pérdida de mi padre. Antes de su muerte, yo era un niño que vivía muy tranquilo en una bonita familia. Pero todo cambió, su ausencia no solo me dejó un gran dolor, sino que trajo una inesperada crisis económica.
Esto cambió radicalmente la perspectiva de todo lo que me rodeaba y me obligó a procesar mi duelo a marchas agigantadas para convertirme en un adolescente que tenía que hacerse cargo de su familia a muy temprana edad.
Sin embargo, debido a esta inesperada coyuntura, empecé a trabajar en lo que más me apasiona hasta el día de hoy: la fotografía, el diseño, la imagen y las marcas.
Con el tiempo vino el siguiente momento oscuro que también provocó un gran desequilibrio en mi vida: un divorcio. Me casé siendo un joven enamorado de veintidós años y, a esa edad, todo parecía ser color de rosa, sin embargo, tras diez años de matrimonio, las cosas simplemente dejaron de tener color.
Aunque perdimos brillo como pareja, debo decir que aún disfruto del hermoso fruto de esa relación: mis dos primeros hijos. Todavía alcanzo a sentir las secuelas de esa ruptura tan abrupta y dramática, pero por fortuna, pude encontrar una gran mujer que supo apoyarme y quererme incondicionalmente; me volví a casar y, hoy por hoy, soy muy feliz con la nueva familia que he formado a su lado y con la llegada de mis otros dos hijos.
Una vez más, desde la tragedia y la oscuridad, llegó la luz a mi vida.
Años después, lo entendí con claridad cuando conocí a María Belón, la mujer que sobrevivió al tsunami del 2004 y que inspiró la realización de la película “Lo imposible”. En una de sus conferencias, habla acerca de lo que vivió, pero desde su verdadero significado, más allá del terremoto del Océano Índico.
Nunca olvidaré cuando expresó que todos los seres humanos tenemos nuestro propio tsunami: Una separación, la pérdida de un empleo o una enfermedad; y en la medida que podamos sobrevivirlos, saldremos más fortalecidos, siendo mejores personas.
También recuerdo con cariño a una de mis alumnas más aventajadas que estuvo a punto de abandonar una idea de negocio brillante.
Solía decir “Prefiero morirme antes que hablar en público” y esa inseguridad la llevó a una encrucijada cuando se dio cuenta de que el éxito de su emprendimiento dependía de su capacidad para contar su idea.
Afortunadamente su voluntad de brillar fue más fuerte que sus miedos y como bien sabes, a los que se atreven siempre les va mejor. En todo.
Así que si estás atravesando una crisis, mantén la calma porque cada vez que llega un momento oscuro, tienes la oportunidad de aprender a brillar más.